La calidad del agua, determinante en la salud pública

Por: Rafael Organista Mota (Tlalli Xoxoctic S.C.)

El agua puede contaminarse por diversas fuentes, la superficial es la más susceptible a causa de su mayor exposición, mientras que el agua subterránea puede arrastrar sustancias nocivas para la salud depositadas en el subsuelo. Esta contaminacion se debe a dos causas: la proveniente de fenómenos naturales y la asociada a actividades humanas (Beldarrain, 1999). Algunos de los agentes contaminantes al ser ingeridos pueden causar efectos nocivos para quienes las consuman o utilicen (Beldarrain, 1999; OMS, 2007; Arellano-Ortega-Gesundheit, 2012). En el año 2010, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define el término de Enfermedades Hídricas; así como también reconoce el derecho al agua potable y al saneamiento, derecho esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos. De modo especifico, se entiende por Enfermedades Hidricas al tipo de enfermedades relacionadas con el agua, que pueden ser causadas por microorganismos patógenos o sustancias químicas. Estas se clasifican en: infecciosas, tóxicas e indirectamente relacionadas (OMS, 2010).

Cifras reportadas por la ONU (2007), indican que alrededor de cien millones de personas en el mundo carecen de acceso a una fuente "mejorada" de agua potable. Causando al menos, cuatro mil millones de casos anuales de diarrea, de los cuales un millón ochocientas mil personas mueren a causa de la insalubridad del agua y a deficiencias de saneamiento y de higiene. El sector de la población más vulnerable en su mayoría son niños menores de cinco años de edad (ONU, 2007).

En 1976, la Ley de Aguas Limpias de los Estados de Unidos de América (BNA, 1976), determinó una lista de 129 sustancias químicas consideradas como contaminantes en el agua, asociando la presencia de estas sustancias químicas con carcinogenicidad, mutagenicidad, teratogenicidad, bioacumulación, y persistencia (BNA, 1976; Beldarrain, 1999).

Una fuente de contaminación bastante agresiva es la presencia de metales en el agua, potenciálmente tóxicos y con propiedades de hidrosolubilidad o liposolubilidad. Las biomoléculas más afectadas son las proteínas; y los principales efectos se ven reflejados en el sistema gastrointestinal, neurológico central y periférico, hemático, y renal (Ferrer, 2003). Los elementos químicos con mayor atención y cantidad de estudios son: plomo, cadmio, cromo, arsénico y manganeso; los cuales pueden ser determinados a través de pruebas analíticas de orina, sangre y cabello (Gonzalez-Estecha et al., 2009; Zubero-Oleagoitia et al., 2008; Haeflieger, 2013; Diaz, 2014).

La exposición por metales pesados se encuentra asocaciada a severos daños en la calidad seminal de la población masculina, principalmente en el eje hipotálamo-pituitario-gonadal que afecta directamente la espermatogénesis. Así lo menciona Minguez (2014) en un análisis en la recopilación de estudios de caso por diferentes fuentes y contaminantes ocupacionales y ambientales.

Anatoly Zhitkovich (2011) de la Univerdad de Brown en USA, analizó la relación del cromo con la presencia de casos de cáncer de intestino identificando que es el Cr(VI) el que mayor riesgo presenta a la población, identificando que las personas expuestas al consumo de agua potable con contenidos de Cr(VI) manifestaron cáncer de estómago con tumores en el tracto digestivo.

En el ambiente el arsénico se puede encontrar en forma de arsenato y arsenito, ambas muy solubles, logrado identificar la alta toxicidad del Arsenico en particular el As(III) en el agua. Smith et al. (2011) identificaron en regiones de Chile un incremento de muertes por múltiples tipos de cáncer, enfermedades cardiacas, bronquitis y otros trastornos; todos estos padecimientos asociados a la presencia de arsénico en el agua potable. La presencia de nitratos y nitritos en el agua, está asociado al uso de productos químicos en la agricultura (Arumi, 2006). Actualmente, el constante uso de las aguas negras y residuales como parte de las actividades de riego, ha causado efectos nocivos a través de los productos como las hortalizas (Laporta et al., 2008), consecuencia de las altas concentraciones de nitratos y nitritos. Los estudio realizador por Arumi (2006) y Manassaranm (2010), muestran que las altas concentraciones de nitratos en el agua potable y su ingesta por mujeres embarazadas y neonatos, se relaciona con el riesgo de padecer Metahemoglobinemia, que en niños recién nacidos es conocido como Síndrome del Niño Azul.

La Agencia para Sustancias Tóxicas para el Registro de Enfermedades (ASTRE, 2000) de los Estados Unidos de América, señala que las fuertes exposiciones al manganeso traen consecuencias severas sobre el sistema nervioso central, y puede causar padecimientos como el cáncer, parkinson y el síndrome conocido como Manganismo.

En América Latina, estudios de calidad del agua reflejan la presencia de contaminantes químicos en ríos y acuíferos, en una compilación de estudios realizada por la Organización Panamericana de la Salud (2001), identifica al menos, 11 estudios de casos por contaminación a causa de metales en países de America Latina (Salas et al, 2001).

Para México, el escenario no es nada alentador, se tiene conocimiento de la presencia de metales y elementos químicos en las aguas de sus principales ríos; entre los que destacan: Conchos, Nazas, San Juan, Lerma-Santiago, Bajo Pánuco y Coatzacualcos (Salas et al., 2001) y el centro del pais principálmente.

María Panduro y colaboradores (2014) realizaron un estudio de calidad del agua en la zona oriente de Michoacán, determinando sus parámetros fisicoquímicos según las normas de referencia NOM-127, NOM-041 y OMS,2011. Los resultados de la calidad del agua respectos a sus paramámetros fisicoquímicos se encuentran dentro de los límites permitidos, sin embargo se recomiendan medidas preventivas, sin determinar con claridad la asociación a la consecuencia de casos por fallo renal (Panduro-Rivera et al., 2014).

Estudios en los municipios de Juanacatlán, El Salto del estado de Jalisco y parte de la cuenca Lerma-Santiago, reflejan fuertes niveles de toxicidad, identificando una alta mortalidad por: enfermedades renales-hipertensivas, estado asmático e insuficiencia renal no especificada (Arellano et al., 2012). En la desenbocadura del río Hondo en Quintana Roo se han identificando concentraciones de cadmio y arsénico por encima de los límites permisibles, el sólo hecho de identidicar estos elementos en el agua hace de ésta sea considerada como tóxica para el consumo humano (Buenfin-Rojas & Flores-Cuevas, 2007). Pérez (2002) y Reyes (2013), realizaron estudios en pozos de extracción de agua en acuíferos libres cercanos a tiraderos de basura en Mezcaltzingo, Estado de México y la ciudad de Durango respectivamente, identificaron en ambos casos un deterioro de la calidad del agua, debido a un inadecuado manejo de los residuos y de la alta concentración de lixiviados en el acuífero.

La Universidad Nacional Autonoma de México realizó estudios de calidad del agua en la comunidad La Cantera en el estado de Guanajuato, los cuales muestraron la presencia de radioctividad Alfa Global 4 veces más alta que la normal en el agua subterránea, estos valores fueron confirmados por el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (Ortega, 2016).

La mayor parte de los casos antes mencionados están asociados a la actividad minera, presencia y cercania de basureros, complejos industriales, aguas residuales, y agua usadas para el riego ( Perez et al., 2002; Reyes, 2003; Buenfin-Rojas & Flores-Cuevas, 2007; Verduzco-Cedeño, 2010 ).

En el estado de Guerrero, existen pocas evidencias de casos por contaminación en los ríos y mantos acuíferos. La más resaltante es la denuncia ciudadana realizada por pobladores de la comunidad Carrizalillo, donde se menciona existen: afectaciones nerviosas, gastrointestinales, motrices, dermatológicas, oculares, auditivas, incluso cáncer. Estos son sólo parte del impacto que tiene un proyecto de proporporciones como lo es el complejo minero Los Filos (Subversiones, 2014).

En las ciudades como Chilpancingo, Acapulco e Iguala se desconoce la verdadera condición de la calidad del agua; sus sistemas de abastecimiento de agua potable realizan mediciones de parámetros fisicoquímicos y pruebas bacteriológicas, olvidando que en el ambiente existen otros contaminantes de tipo silencioso y aun no considerados por las instancias responsables.

Carrizalillo Foto Cristian Leyva Agencia Subversiones

Mina Carrizalillo Foto: Cristian Leyva

Fotos: Cristian Leyva

Referencias:

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Beldarrain Chaple, Enrique (1999) "Enfermedades Transmitidas a Través del Agua", Academia de Ciencias La Habana, Habana, Cuba.

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Diaz Diaz, Marı́a (2014), "Concentraciones de Cadmio en Sangre en una Población Laboral Hospitalaria y su Relación con Factores Asociados", Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Medicina, Tesis Doctoral. Madrid España.

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